La Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, integrada por 22 niños paraguayos, cerró en Madrid su gira española
05.01.2015 | 03:32
La Reina Sofía, acompañada por el consejero delegado de Ecoembes, Óscar Martín Riva, presidió ayer el concierto solidario, impulsado por esta organización y celebrado en el Auditorio Nacional, que ofreció la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, integrada por 22 niños paraguayos. El espectáculo contó con la colaboración especial del cantante Raphael y de la directora de orquesta Inma Shara, quienes compartieron escenario con los jóvenes músicos.
El resumen de la historia es sencillo: el mundo les envió basura y ellos comenzaron a hacer música hace nueve años. Ésta es la génesis del grupo de niños y jóvenes que viven en torno al vertedero de Cateura, en Asunción (Paraguay), quienes ayer hicieron que de bidones de gasolina o latas de comida salieran canciones como "Mi gran noche", de Raphael.
Cuando hace nueve años el músico paraguayo Favio Chávez decidió montar esta orquesta, la comunidad del Bañado Sur, ubicada alrededor del vertedero de Cateura, era, como describió a "Efe", una zona "solamente conocida" por la basura que llegaba ahí, "por el mal olor" y por "las enfermedades que ocasionaba la insalubridad". Así que, con la música como mejor aliado, empezaron a trabajar y con la basura que la gente tiraba "comenzó a surgir música", explica Chávez. De esta vivencia viene la frase que resume el espíritu de esta orquesta: "El mundo nos envía basura y nosotros le devolvemos música".
Pero el objetivo de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura hace que los instrumentos no sólo sean objetos que demuestran la capacidad del hombre para transformar lo feo en belleza (en su elaboración han contado con lutiers y músicos profesionales), sino también herramientas para hacer que se cumplan "anhelos y deseos".
"Partimos de la realidad de estos chicos, que son los residuos, y no queremos imponer elementos nuevos. Quizá hubiera sido fácil traer instrumentos formales de fuera, pero hemos entendido que había que partir de su realidad, de una realidad en la que una casa vale mucho menos que un violín". Una gira ha llevado a estos singulares músicos a Madrid, Bilbao, Barcelona y Valencia.
Ciudades donde, por ejemplo, la pequeña Evelyn -con sus 12 años, la componente más joven de la orquesta- ha mostrado su saxofón hecho de tuberías de agua, monedas, latas de maíz y el mango de una cuchara, entre otros objetos. Para ella no sólo es un instrumento, sino también "una obra de arte" que la acompaña desde hace un año.
La Reina Sofía y su hermana Irene de Grecia acuden al concierto solidario de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura
La nota de color del evento la puso el cantante español Raphael, que interpretó junto a los niños clásicos suyos como 'Mi gran noche'. También acudieron Natalia Figueroa y su hija Alejandra.
La Reina Sofía e Irene de Grecia en un concierto con instrumentos reciclados
Horas antes de que el Rey Juan Carlos celebrase su primer cumpleaños tras abdicar en su hijo Felipe VI, su mujer la Reina Sofía ha acudido este domingo 4 de enero al concierto solidario que la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura ha ofrecido en el Auditorio Nacional.
Junto a Doña Sofía ha estado disfrutando del espectáculo su hermana Irene de Grecia, que aprovechó estas épocas festivas para pasar tiempo al lado de la Reina, con la que comparte siempre que puede este tipo de veladas.
La nota de color del evento la puso el cantante español Raphael, que interpretó junto a los niños clásicos suyos como 'Mi gran noche'. Y entre el resto de asistentes ilustres a este concierto solidario también destacó la presencia de su mujer Natalia Figueroa, su hija Alejandra Martos y su marido Álvaro Arenzana.
Raphael actuando en un concierto con instrumentos reciclados
Raphael cantó algunos de sus temas más populares con los niños
Una bonita iniciativa de la que han disfrutado todos ellos y que busca promocionar la tremenda habilidad de unos niños paraguayos que viven en un barrio construido encima del vertedero de Cateura en la capital, Asunción, y que dadas sus duras condiciones de vida, han desarrollado la habilidad de componer música con objetos tales como bidones de gasolina o latas de comida en vasada.
Jóvenes paraguayos que fabrican sus instrumentos reciclando los desechos tocan en el Auditorio Nacional de Madrid
Bidones de gasolina o latas de comida pueden producir sonidos celestiales
Raphael y la directora Inma Shara, durante el concierto de la Orquesta de Instrumentos Reciclados. / EFE
¿Qué sonido asocia usted a la basura? Probablemente el de unos camiones descargando en un vertedero sin ningún cuidado residuos recogidos en alguna gran urbe. Una melodía metálica, desagradable, bruta. Pues con la misma materia prima, los desechos de la sociedad de consumo, un grupo de jóvenes paraguayos ha logrado exactamente lo contrario: música celestial. El cuento de hadas de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura tuvo ayer un final más que feliz en el Auditorio Nacional de Madrid, donde ofrecieron el último concierto de una gira que los ha llevado también por Bilbao, Barcelona y Valencia.
No sería posible explicar la historia de la orquesta fuera del lugar en el que nació. Hace nueve años, la comunidad del Bañado Sur, situada junto al vertedero de Cateura, cerca de Asunción, capital de Paraguay, era una zona que se conocía solamente «por el mal olor y las enfermedades que ocasionaba la insalubridad», explica en una entrevista con Efe Favio Chávez, el alma de este macroconjunto musical.
Si Chávez y sus virtuosos chicos hubieran nacido en la Italia del siglo XVII, sus manos habrían estado en disposición de construir los legendarios Stradivarius. Pero en un suburbio de Asunción se las tuvieron que arreglar con la basura. Y con la ayuda de lutiers y músicos profesionales, lo consiguieron. «Partimos de la realidad de estos chicos, que son los residuos, y no queremos imponer elementos nuevos. Quizá hubiera sido fácil traer instrumentos formales de fuera, pero hemos entendido que había que partir de su realidad, de una realidad en la que una casa vale mucho menos que un violín», cuenta Chávez, que encarna el lema de la orquesta: «El mundo nos envía basura y nosotros le devolvemos música».
Basura como bidones de gasolina o latas de comida que han viajado por medio mundo y han llenado de anécdotas la maleta de los componentes del grupo. «El contrabajo es un bidón de carburos y tiene una inscripción que pone 'inflamable'. Más de una vez hemos tenido que armar el instrumento y tocarlo para demostrar que era un instrumento musical», recuerda Favio Chávez. Ana, de 18 años y con tres en el seno de la banda, relata cómo su violín «está hecho de una lata de pintura en el frente y la parte de atrás está fabricada con una 'asadera', que en Paraguay la usamos para hacer la sopa paraguaya, una sopa sólida parecida a la de maíz. Las cuerdas van insertadas en un tenedor».
Veintidós niños paraguayos han recorrido España en esta gira, patrocinada por Ecoembes. La última cita, la de ayer en Madrid, fue la más especial. Con la batuta llevó la rienda de la velada la prestigiosa directora Inma Shara, y entre el público estaba la Reina Sofía. Los jóvenes se arrancaron con sus melodías habituales, pero también con canciones populares como 'Mi gran noche', o 'El tamborilero', de Raphael, presente en el concierto.
Jóvenes paraguayos que fabrican sus intrumentos reciclando los desechos tocan en el Auditorio Nacional de Madrid junto a Raphael
El mundo les envió basura y ellos comenzaron a hacer música hace nueve años. Esta es la historia del grupo de niños y jóvenes que viven en torno al vertedero de Cateura, en Asunción (Paraguay) y que han hecho que de bidones de gasolina o latas de comida salgan canciones como 'Mi gran noche' de Raphael.
Y ha sido ha sido porque precisamente el cantante de Linares ha sido quien, junto a la directora de orquesta Inma Shara, haga que en el Auditorio Nacional de Madrid la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura haga brillar con acento español el sonido de estos instrumentos nacidos en un basurero pero con el futuro de un Stradivarius. Un peculiar concierto que ha contado entre los espectadores con la reina Doña Sofía y su hermana, Irene de Grecia.
Cuando hace nueve años el músico paraguayo Favio Chávez decidió montar esta orquesta, la comunidad del Bañado Sur, ubicada alrededor del vertedero de Cateura era, como ha descrito, una zona "solamente conocida" por la basura que llegaba ahí, "por el mal olor" y por "las enfermedades que ocasionaba la insalubridad".
Así que, con la música como mejor aliado, empezaron a trabajar y con la basura que la gente tiraba "comenzó a surgir música", como explica Chávez. De esta vivencia viene la frase que resume el espíritu de esta orquesta: "El mundo nos envía basura y nosotros le devolvemos música".
Pero el objetivo de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, que contará esta noche con la Reina Sofía como espectadora, hace que los instrumentos no sólo sean bellos objetos que demuestran la capacidad del hombre para transformar lo feo en belleza, (en su elaboración han contado con lutiers y músicos profesionales), sino también herramientas para hacer que se cumplan "anhelos y deseos".
"Partimos de la realidad de estos chicos, que son los residuos -añade el director- y no queremos imponer elementos nuevos. Quizá hubiera sido fácil traer instrumentos formales de fuera, pero hemos entendido que había que partir de su realidad, de una realidad en la que una casa vale mucho menos que un violín".
Con los pies en la tierra, aunque con la cabeza llena de sueños, 22 niños paraguayos han finalizado hoy en Madrid una gira impulsada por Ecoembes que les ha llevado también a Bilbao, Barcelona y Valencia.
Ciudades donde la pequeña Evelyn, quien con su 12 años es la componente más joven de la orquesta, ha mostrado su saxofón hecho de tuberías de agua, monedas, latas de maíz y el mango de una cuchara, entre otros objetos. Aunque, eso sí, para ella no sólo es un violín, sino que también es "una obra de arte" que la acompaña desde hace un año. Dos años más que Evelyn lleva Ana, de 18 años, girando por el mundo con su particular violín, que tiene como única diferencia con uno "formal", así lo ha comprobado ella, que suena "un poquito más despacio".
"Mi violín -describe- está hecho de una lata de pintura en el frente y la parte de atrás está hecha con una 'asadera', que en Paraguay la usamos para hacer la sopa paraguaya, una sopa sólida parecida a la de maíz. Las cuerdas van insertadas en un tenedor". En ambos casos, tanto violín como saxofón, no han implicado ningún problema a sus propietarios para viajar, sobre todo cuando se trata de traslados en avión. Pero no es así cuando de lo que se habla es de los contrabajos o violoncelos, que han sido construidos a partir de bidones de carburantes.
Como cuenta Chávez, viajar con ellos les ha hecho acumular una serie de "anécdotas simpáticas": "El contrabajo es un bidón de carburos y tiene una inscripción que pone inflamable. Más de una vez hemos tenido que armar el instrumento, tocarlo, para demostrar que era un instrumento musical". Y tanto que son instrumentos , tanto es así que de ellos salen composiciones como la Quinta Sinfonía de Beethoven, o villancicos como 'El tamborilero', canción que ha interpretado esta noche Raphael y que precederá a la sempiterna 'Mi gran noche'.
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